Hace justamente 11 meses que Carla nació, y todavía recuerdo
como se enganchó al pecho a los 15 minutos de nacer, fue una escena que aunque
sabes que ocurre por instinto, te sigue sorprendiendo. Ese ser pequeño que
acababa de nacer sabía que debía alimentarse y olía donde estaba la comida.
Para mí, fue una sensación rarísima, no fue dolorosa pero si molesta. Se
despiertan sentimientos en ti desconocidos, te sientes muy mamífera criando y
protegiendo a tu cría. Además, veía super raro a una personita alimentándose
mí, y para mi sorpresa, todo estaba siendo gratamente distinto a como me lo
había imaginado.
Cuando alguien que no
era madre o el mismo papá de Carla me preguntaba que se sentía, era imposible
de explicar, es cómo explicar que sientes cuando te da una patadita cuando está
dentro. He de decir, que aunque tenía decidido desde el principio que quería dar pecho, tenía muchos miedos. La gente te dice de todo: “si si, muy bonito pero cuando se coge ves las estrellas, y el dolor no se pasa”, “ya verás lo que vas a tener que aguantar, si le das el pecho nadie te ayuda, el bebé es para ti”, “Se te quedan las tetas como churros”, etc. Cada uno tiene su experiencia personal, igual que en el embarazo y el parto, todas somos distintas y tenemos percepciones y umbrales del dolor diferentes.
Como siempre os digo, hago el blog y os escribo este
post para ayudaros a quitaros dudas y miedos. Os aconsejo que si tenéis dudas, tenéis 9 meses para leer libros, os
recomiendo encarecidamente “Un regalo para toda la vida” es de Carlos González,
un nombre que escuchareis mucho ahora que estáis embarazadas o habéis sido mamás. También podéis leer artículos, ver vídeos,
leer blogs, revistas, preguntar a otras mamás que os cuenten su experiencia.
Pero no os quedéis con las malas experiencias que os quitan las ganas de vivir
esta bonita sensación con vuestro bebé.
Como os digo, me parece importante contar la mía,
porque creo que se da una imagen irreal de la lactancia, en cuanto a la parte
que la idealiza y a la que la pone como la cosa más horrorosa del mundo. El
principio es duro, pero al margen de que te duela o sea molesto, (que a mí no
me pasó) pienso que es porque tiene una demanda muy alta, te sientes como que
un ser depende de ti, que no te puedes ir, que tienes que dedicarte a ella en
exclusiva. Al menos es lo que yo sentía, había dependencia de mi persona y esa
sensación me agobiaba un poco, pero fueron 2 semanas y se me pasó. Supongo que
se te junta todo, el parto, el cansancio, estar en alerta cuidando al bebé,
etc. Os aconsejo que lo compartáis con amigas o familiares que hayan sido
madres, seguro que os reconforta. Aunque siempre hay gente que es un poco
“super madre a mi no me ocurre nada de lo que dices, la vida es maravillosa y
yo puedo con todo”. Bueno, si es el caso, no os sintáis mal por no ser super
happys la primera semana, se pasa y os iréis sintiendo mejor. Yo recuerdo que
le cogí mucha manía al sitio del sofá donde me sentaba a darle el pecho, al
final me sentaba cada vez en un sitio. Si el tiempo os lo permite, porque Carla
nació en diciembre y yo salía menos, iros a pasear, sentaros en un banco y
darle el pecho, o en una cafetería leyendo un libro, lo que sea para salir de
casa.
Personalmente no tuve ningún problema con la lactancia,
excepto los primeros días que se irritaron un poco por la demanda que tiene un
recién nacido, y eso que Carla había que despertarla para que comiese. Por lo
demás, no tuve grietas, ni me dolía, ni era molesto.
Durante los tres días que estuve en el hospital, supongo que
se alimentó del calostro, porque la subida de leche me vino en casa. Cuando os
venga la subida de leche, notaréis que el pecho se os endurece o se forman como
nódulos duros, aunque hay mujeres que no les pasa. Si os sucede, os aconsejo que
os deis una ducha caliente y masajeéis el pecho que esté endurecido intentando
deshacer esos nudos que se han formado. También podéis hacerlo con una bolsa de
agua caliente o una de esas de semillas que se calienta en el micro. Os la ponéis
encima del pecho afectado y masajeáis hasta que se deshagan. Es importante que
el pecho no esté en este estado cuando le damos al bebé, porque no succionará
bien porque el pecho está duro y le cuesta agarrarse. A mi me pasó y me funcionó lo que os digo.
Cuando todo se normalizó (1 mes después del parto) y me
acostumbré a mi nuevo rol, estaba super cómoda, nos íbamos a todos los sitios
(aunque desde el primer día no hemos parado, pero no me sentía tan a gusto).
Recuerdo que durante el primer mes íbamos al centro comercial y me tiraba más
tiempo en la sala de lactancia que mirando escaparates. Hasta que me hice el
ánimo de darle el pecho de pie y caminando. No es que no lo hubiese hecho antes
por vergüenza, era por miedo a tropezar o hacerme daño en la espalda. Pero al
final terminas en un chino comprando sola, con la niña en brazos dándole pecho,
empujando el carro y mirando medias. Recuerdo que en el corte inglés me dijo
una dependienta: “hay una sala de lactancia por si estás más cómoda” y le dije
que gracias pero que había ido a comprar. Y así sucesivamente me sacaba la ubre
donde fuese. Yo que pensaba que me iba dar vergüenza que me viesen mis amigos,
mis familiares, no os preocupéis! Que ya no es vuestra teta, esa guardadita en
un sostén precioso de encaje, ahora es una teta de mamá y te da igual donde
sacarla.
La verdad es que para mí ha sido interesante (me sale la vena
antropológica y lo analizo todo), aunque a veces estaba cansada porque depende
de ti cuando se despierta a media noche y cada vez que quiere comer, pero
también es muy cómodo no levantarse a preparar un biberón y no tener que
preparar comida para llevarte, está siempre lista y calentita y les relaja
muchísimo.
Mi experiencia con Carla ha sido preciosa y me quedo con
muchos momentos. Recuerdo cuando de bebé lloraba por los cólicos y me tumbaba
con ella en la cama piel con piel y se quedaba dormidita mamando. A veces
incluso sin mamar se acurrucaba en el pecho y se dormía, es una sensación muy
bonita. También recuerdo cuando se fue espabilando y se daba golpecitos contra
el pecho como si estuviera super contenta, o cuando lo buscaba desesperada con
los ojos cerrados, parecía un topo.
El verano pasado, Carla tenía 5 o 6 meses, y ya estaba mucho
más espabilada y cuando veía la teta se enganchaba, da igual que yo estuviese
sentada o tumbada, ella se cogía como podía y a vivir que son dos días. Nos
partíamos de risa viéndola luchando por coger la teta, con la boca abierta
desde que la veía.
Le he dado lactancia exclusiva hasta los 6 meses y a partir
de ahí comencé con la fruta y los alimentos salados. En el momento que empezó a
comer bien, quise meterle el biberón para ir quitándole tomas, pero no lo
quería de ningún modo. Probamos con hasta 4 biberones distintos y nada. Así que
comencé hacerle yogur casero, tenéis la receta en el blog. El yogur lleva leche
de continuación y cereales. Si algún día necesitaba irme, le daban yogur para suplir la leche y ya
está.
Ya con la alimentación complementaria bien establecida,
intenté ir quitando tomas porque Carla pedía bastantes veces al día. Al final
le daba para desayunar, después de comer y para dormir. Durante la noche solía
despertarse unas tres veces y le volvía a dar y se dormía.
Al final he decidido quitarle la lactancia a los 11 meses, me
ha costado mucho decidirme, no he conseguido quitársela de forma natural porque
me costaba negársela y al final le daba. Mi decisión de quitarle el pecho ha
sido por varios motivos, entre ellos que ya tiene 6 dientes y a veces se cree
que soy un bocadillo de jamón (no digo más), últimamente cuando se caía o tenía
un día regular buscaba consuelo en la teta y no quiero crearle dependencia,
tuve una mastitis leve por estar dándole unas veces si y otras no, en fin,
varias cosas que me han llevado a retirar la lactancia. Aun teniendo muchas
cosas que me justifican y sintiéndome bien por haberle dado 11 meses pecho, aun
así me siento mal, es super raro quitarle el pecho, y que ahora me busque y no
pueda dárselo. Me da besitos por el escote buscando la teta y no puedo darle
porque me he tomado las pastillas para cortar la leche. No está todo el día
buscándome, pero si cuando tiene sueño. Espero que poco a poco se vaya
acostumbrando, yo me quedo con el bonito recuerdo de nuestro “vinculo de
avatar” como lo llaman mi muy mejor amiga Cristina y mi Manolo. Ahora que nombro al papá, tener en
cuenta que son una parte fundamental para ayudaros tanto al principio como al
final. Manolo no podía darle el pecho obviamente, pero si podía prepara la
cena, la comida, mantener la casa limpia, darme agua cuando me sentaba a darle el
pecho, y un millón de cosas más que ha hecho. Ahora que le hemos quitado el
pecho, se levanta él a consolarla, le da agua, la pasea y la duerme. Vosotras
también podéis usar trucos para distraerla, ponerle unos dibujos que le gusten
mucho, darle algo de comer, jugar, en definitiva cosas que le hagan olvidar que
quería teta.
Por último, quiero decir que
respeto absolutamente a las personas que deciden no dar el pecho, porque
vuelven pronto a trabajar y lo pasarán mal al retirar la leche o porque al
inicio tienen muchos problemas, no sé, por lo que sea. No soy partidaria de que tengamos que pasar
por un calvario para seguir dando el pecho. A no ser que sea voluntario y no
porque te presiona tu suegra o la vecina del quinto. Y no soy partidaria de que
delante de mí se le diga a una amiga mía que no dio el pecho a su segundo hijo
porque lo pasó muy mal con el primero, que yo sí que soy una buena madre porque
le he dado pecho. Dar el pecho no significa que seas buena madre, es una
decisión personal y todas queremos igual a nuestros hijos.
Supongo que habrá muchas madres
que me dirán que porque se lo he quitado o que vaya alivio, que ya me he
liberado. Pero al igual que respeto a las personas que deciden no darlo, hay
que respetar a cada persona cuando decide quitarlo.
Con esta última experiencia solo
me consuela que ya puedo ponerme vestidos porque no tengo que sacar la teta por
ningún sitio, que puedo volver a llevar ropa interior bonita, que puedo beber
vino, café y té que me encanta, y por último, que espero volver a vivir esta bonita experiencia.
Haré otro post sobre lactancia
hablando de sujetadores, trucos para sacar fácilmente la ubre, saca leches,
discos, como ha ido finalmente quitarle el pecho, etc.
Espero que os haya gustado. Mucho ánimo a las mamás lactantes, a las que están quitándolo y a las que están empezando :)
Gracias por leerme!
Cuentanos tu experiencia!
He introducido el comentario y se ha borradoooooooo.... voy de nuevo.
ResponderEliminarMi experiencia con la lactancia es algo diferente.
Siempre he pensado que para un bebé lo mejor que hay es la leche materna. No por los libros, (realmente un hombre no puede saber lo que es dar pecho, por mucho que quiera) ni por lo que digan los demás... somos mamíferos y por mucho que lo intentemos, la leche de bote no contiene todo lo que contiene la leche materna, que, además de los nutrientes y vitaminas tiene en su composición anticuerpos... por eso estaba convencida de darle pecho a mis hijas.... hasta que empecé a hacerlo.
Cuando nació Andrea (cesárea después de 12 horas de parto) y llegué a la habitación, ya le habían dado un biberón. Y era normal... La niña nació y yo llevaba 24 horas sin comer ni beber (craso error por parte de los que me atendieron, ya que casi me quedo en el quirófano por una bajada de tensión) eso mas el tiempo que estuve en observación= biberón. Pero bueno, se enganchó ferfectamente, me subió la leche en el hospital (con sus consiguientes nódulos y "tetas como piedras" (las matronas me aconsejaron calor antes de darle y masaje y frio después, y me fue muy bien)... pero llegaron las grietas. Grietas gigantes, grietas que me hacían saltar las lágrimas cada vez que me la enganchaba, beber agua de tirón al ponerla al pecho y pensar en el suplicio que sería darle de nuevo a las 2 horas. Lo pasé muy mal... y fui a la matrona. Ella, al verlas,(me llegaban de un lado al otro del pezón) me dijo que probara con pezoneras y si en una semana no había mejorado, dejara de darle pecho (en serio, yo pensaba que se me podría caer el pezón. jajajajaj).
Y así lo hice. Andrea se enganchó perfectamente, y las grietas se curaron. Intenté retirar las pezoneras algunas veces, pero volvían a salir, con lo que las mantuve hasta los 7 meses (ella ya comía casi de todo, ya que le introdujeron la fruta a los 4 (o los cereales, no recuerdo), a los que decidí ir quitando pecho poco a poco hasta darle una toma al día, y después ninguna. La leche se cortó sin necesidad de pastillas. Tengo que decir, que Andrea en ocasiones tomaba biberón especial AR, ya que regurgitaba muchiiiiisimo ( siempre iba con babero).
Cuando nació Marta, mi decisión fue darle pecho también, pero ésta vez había un condicionante: o se enganchaba a la pezonera, o tomaría biberón. Así que su primera teta fue con pezonera, y la segunda..... y todas hasta los 5 meses en que, de igual modo que a la mayor, le retiré el pecho.
Tengo que decir que lo hacía por convicción, pero que para mi no fue una experiencia tan bonita, ni tan especial... Creo que dar el biberón también puede crear un vínculo piel con piel.... Dar el pecho es cómodo (ya que siempre está preparado, y si, yo también me sacaba el pecho en restaurantes y cosas así), pero es muy cansado. Hay que tener en cuenta, Vero, que tu hija era una máquina tomando el pecho, en 5 minutos la tenías despachada, y eso no es lo normal... ¡O al menos no es lo normal de ninguna mamá que yo haya escuchado!! jajajaja
Siempre he contado con la colaboración de mi marido en todo, y en éste caso, también tubo que ayudarme los primeros días, ya que con mis cesáreas y sus seromas correspondiente, no podía coger a la niña de la cuna, por lo que cada vez que tenía que darle el pecho, el me ayudaba).
Así que, ésta es mi experiencia. Las de los partos, aun son peores!!! jajajajajaj
¿Volvería a darles pecho? SI, pero eso si, CON PEZONERA.
Besosssssssss
Muchas gracias por contar tu experiencia Sara! Es bueno que lean distintas historias para que decidan con conocimiento de causa. Lo que yo pretendía es que lo intentasen y si tienen problemas decidan, y sino que sigan adelante. Pero que no decidan ya que no por haber oído malas experiencias, porque hay de todo, como es tu caso y el mío. Eres una máquina!! Después de los partos que has tenido, has mantenido la lactancia con pezonera!
EliminarPor cierto, lo de mi hija de entrar en boxes y salir comida no es normal...XD
Un besote!